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42. EL VALOR DE UN TRANSISTOR


Hoy cuando un transistor lo tiene cualquiera, cuando es un aparato que hasta si me apuras lo regalan a la compra de cualquier objeto, pero en aquellos momentos el tener una pequeña radio era todo un lujo, como se nos escapaban los ojos detrás del afortunado que poseía uno de ellos, por allí los veías con el aparato siempre pegado a la oreja, yo en particular sentía cierta envidia, en esos momentos me parecía que era el mayor logro que se podía tener y sin embargo era mi sueño inalcanzable, de que forma me podría hacer yo con un transistor, como lo podría conseguir, en fin era un sueño imposible.

Me acuerdo perfectamente y aprovechando del tema del compañero de clase y con el que entablé buena amistad Jesús Aso Val, maño cerrado pero muy noble, que también le pasó como a mí por un error burocrático se incorporó tarde el primer año, aun mas tarde que yo, pues éste a mediados de no se que curso recibió un paquetito, una pequeña caja de madera y como si estuviera viéndolo ahora mismo, una inscripción que ponía "valores declarados 1.000 pts." y en el que recibió un transistor la mar de mono, aun me parece verlo con su transistor pegado a su oreja izquierda, porque era zurdo y con unos andares que tenía muy originales de pasos largos, muchas veces me lo dejó que lo escuchara, que ilusión me hacía, cuanto hubiera dado por haber tenido uno igual.

También recuerdo que alguna vez y ya acostados por la noche me dormí con el transistor de alguien que amablemente me había dejado escuchando cualquier programa, eso para mí era el no va mas, algo tan simple cuanto me ilusionaba, incalculable era en esa época el valor de un transistor.

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