38. EL SUICIDIO
En la Universidad cursábamos nuestros estudios unos dos mil alumnos, en edades comprendidas entre los trece años y los veinte años realizando cursos desde Orientación Profesional los más jóvenes pasando por Oficialía Industrial, Maestría Industrial y Peritajes los mas mayores, mucha cantidad esta para que con toda seguridad se registraran casos y pequeños sucesos que posiblemente la mayoría de ellos por la censura lógica allí impuesta no traspasaran cuando no interesara mas que al conocimiento de algunas personas.
Lo que si traspasó los sólidos muros de todos los Colegios fue el suicidio de un alumno, que al parecer y yo lo cuento como a mí me llegó la noticia, el mismo fue encontrado una mañana por una chica del servicio de limpieza en los lavabos de una de las plantas de la residencia, en unos cuartos que había de subida de tuberías, colgado de una cuerda de ellas, vaya susto que se tuvo que pegar la pobre chica cuando fuera abrir la puerta y ver el cuerpo colgandero, ¡joder que cuadro¡, lo cierto es que este hecho si se filtró, no les quedó mas remedio, el hecho una vez se conoció nos causó una gran impresión, a mi especialmente me sobrecogió, recuerdo que tuve bastantes días, aparte de que nunca he sobresalido por una valentía superdotada, que sí a mitad de la noche me tenía que levantar para ir a los servicios pues no me aguantaba la micción, resistía como podía hasta que se hiciera de día y todo por no ir a los lavabos pues la psicosis de poder encontrarme a otro colgado del cuello y con medio metro de lengua fuera me tenía maniatado y recuerdo que pasado ya algún tiempo y cuando las posible imágenes ficticias se borran de la mente me levantaba no sin cierto temor y me ponía en los sanitarios de la pared y a la mayor presión que podía descargaba el contenido acumulado y rápidamente volvía a la habitación, creyendo que cada sombra era un tío colgado, vaya momentos que pasé y pasamos, todo por aquel chaval que decidió voluntariamente pasar a otro reino.
De verdad que me impresionó, sería que entonces por mi incipiente juventud me pensaría que un suicidio solo tenían lugar en las novelas, una obra que solo realizaban los mayores y que en los jóvenes eso no podía ser, en fin pobre destino tuvo el chaval, que el Señor lo tenga en su gloria..
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