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21. LOS QUE PERTENECIMOS AL CORO


Tuve la santa suerte y el inmenso honor de ser miembro de una de las actividades extralectivas y culturales que la Universidad Laboral tenía, tales como la Tuna, el Coro, etc., en mi caso y sin tener una voz fuera de serie sino mas bien normalita o al menos eso yo pensaba, formé parte del Coro Universitario, cuyo Director un salesiano seglar, cuyo nombre siento mucho haber olvidado y que allí en el Colegio lo llamábamos por el mote cariñoso de "Piano", con enormes conocimiento de música, muy buena persona además, por cierto y que me dijeron que falleció el hombre ya hace algunos años.

Como si los hechos se hubieran dado ayer, recuerdo con toda claridad como entré a formar parte del mismo, una día pasó este hombre por las aulas invitando al que estuviera interesado en pasar por la capilla del Colegio para hacer una pequeña prueba de voz, y allí el que suscribe ni corto ni perezoso (venciendo mi gran timidez), allí me presenté, recuerdo que esperando el turno me temblaba ya la voz, -joder que nervioso era y sigo siendo, así que superando todas las circunstancias adversas pasé la prueba, cantando con el señor "Piano" al órgano el tema "Vayamos jubilosos al altar de Dios", así que con la especialización de Tenor ya era miembro del coro con el orgullo que eso representaba, aunque la verdad sea dicha yo no sabía que era eso de tenor, pero fardar fardaba un rato ante los demás.

Mas tarde llegaron los cansados y pesados ensayos en horas libres y los aprendizajes de canciones y mas canciones casi todas de matiz religioso y muy pronto nos entregaron una chaqueta de color azul marino preciosa, con el escudo de la Universidad en el bolsillo, casi puedo asegurar que era la primera vez que me ponía una chaqueta en mi vida, además nos dieron una pajarita para los días de gala, yo ya no cabía en mi, eso de ir vestido de esa forma ante los demás del Colegio representando a la Universidad, eso era un orgullo tal que no cabía en mí de gozo, cantamos en las misas mayores vestidos con el uniforme sintiendo que muchas miradas se clavaban en nosotros, aun creo ver al Director sentado al órgano y nosotros el Coro entonando canción tras canción, las largas misas se nos hacían mucho mas entretenidas.

Mas tarde y acompañados de guitarras cantamos muchos domingos por la mañana en iglesias de Sevilla y puedo asegurar porque tuve la dicha de vivirlo que lo hacíamos con toda la ilusión porque sabíamos que representábamos al Centro, en muchos de esos sitios después nos invitaban a un aperitivo, en esos momentos seguro que si hicieron una foto yo salía en primera fila, el "tripero" no se despistaba a la hora de papear.

No se me olvidará la vez que cantamos una misa en el Colegio de los Salesianos de Sevilla, después el desayuno fue colosal, lo recordé mucho tiempo, la vez que he pasado por la puerta cuando me he acercado a Sevilla siempre me ha venido a la memoria no lo he podido evitar, tiempos aquellos.

Otro día nos desplazamos a la localidad de Algeciras también a cantar en el aniversario de ya no se qué, eso fue demasiado, pasamos un día maravilloso, nos invitaron a comer en un colegio, "como me gustaba pertenecer al Coro".

Entre la mucha variedad de temas que interpretábamos, recuerdo una canción preciosa que ya no vuelto a oír de nuevo se trata del "Jerusalén " de Verdi, aun la podría cantar casi entera, haré todo lo posible por encontrarla, también me acuerdo de otra canción catalana preciosa, una sardana creo se llamaba "El Ampurdán".

Resumiendo, guardo, atesoro en el cofre interior de mis orgullos jóvenes como un valor apreciado el haber sido componente del Coro de la Universidad Laboral, de haber llevado el escudo con todo orgullo y dignidad y haber contribuido aunque fuera de esa forma tan modesta a que el buen nombre de la Laboral sonara con mas fuerza en todas las partes de Sevilla, hicimos lo que pudimos.

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