19. LA TORRE
Conforme vas abandonando Sevilla en dirección a la localidad de Utrera y una vez pasado el río Guadaira, se divisa, emerge, una torre alta, majestuosa, inigualable, apuntando al cielo, de color ladrillo rojizo, y aquel que pase por allí y no la conozca seguro que exclamará ¿es que Sevilla tiene otra torre tan alta como la Giralda?, pues si la tiene, a decir verdad unos pocos metros menos, y si curioso decide entrar en el recinto, la encontrará de frente, desafiante, rindiéndole pleitesía una larga fila de abetos, y allí con todo su esplendor, bella, bellísima, gigantesca, magnífica, esa era y siempre seguirá siendo la Torre de la Universidad Laboral, el comodín de la misma, su emblema, su escudo, su insignia, allí estuve a su vera cinco años de mi vida, viéndola desde todas las partes del recinto porque la verdad es que se divisaba desde cualquier punto.
Todo los edificios ya sean de índole académico, religioso, todos tienden a tener una torre, pues parece que sin torre les viene a faltar algo, aunque la función que solo tengan sea ornamental en el caso de la torre de la Universidad su función aparte de lo estético, hacía las veces de depósito de agua y hasta tuve la suerte de haber subido dos veces a su cúpula por una larguísima rampa en forma de caracol, arriba el espectáculo era maravilloso, se divisaba con todo su esplendor y plenitud el recinto de la laboral, sus colegios, sus campos de deportes y a lo lejos Sevilla con su otra torre de la Giralda que la contemplaba no con ciertos celos porque le había salido una imitadora que la igualaba en belleza, por lo menos a mi eso me lo parece..
En fin cuando el pasado se acerca a mi pensamiento, lo que hace muchas veces, con lo cual me alegro, porque experimento un placer grandísimo volver a recordar aquellos momentos, aunque tengo que decir que también me deriva un estado de nostalgia que me hiere, entonces me gusta acordarme de mi torre, es la primera visión que tengo de la Universidad, me dejó marcada su huella, su carácter, una estampa maravillosa que siempre recordaré, algunas veces tengo la inmensa suerte de verla desde la distancia, con ocasión de algún reportaje del Sevilla C.F. por televisión, me da un pequeño vuelco mi ser, y allí está tan impasible, tan preciosa como si los años no pasaran por ella, mas guapa cada día, esperando que vayamos los que allí estuvimos a su vera tantos años a brindarle un rato compañía, Torre mi Torre te juro que lo haré todas veces que pueda, estoy enamorado de Ti, te llevo en mi alma.
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